La GENERACIÓN ESPONTÁNEA: se afirmaba que todos
los seres vivos surgían espontáneamente. ARISTÓTELES fue el primero en hablar
de generación espontánea, diciendo que todos los seres inferiores se originaban espontáneamente de materia no viva, es decir surgía de repente a través de un
Principio Activo y un Principio Pasivo. Por ejemplo decía que las ranas y los
sapos surgían del lodo (Principio Pasivo), que al combinarse con las propiedades
físicas y químicas del suelo, surgían estos seres (Principio Activo).
JEAN BAPTISTE VAN HELMONT: medico de Brúcelas,
autor sobre trabajos de fisiología vegetal, decía que todo ser surgía espontáneamente. Formulaba
recetas para fabricar ratones en la cual se debía colocar en una habitación una
camisa sucia, transpirada y se le colocaba encima granos de maíz o trigo y a
los 21 días aparecían ratones, esta Teoría tuvo bastante auge en su época hasta
que FRANCESCO REDI la derribó con su experimento
de colocar carne cruda tapada en un frasco herméticamente y carne cruda en otro
frasco, pero destapado y observó que a los pocos días la que estaba tapada no
se había llenado de gusanos y la otra si. Demostrando con ello que la vida NO
SURGE ESPONTÁNEAMENTE, sino que la VIDA surge de otro ser vivo.
FRANCISCO REDI: (1626-1698) fue un
médico italiano que se opuso a la teoría de la generación espontánea y demostró
que en realidad esos gusanos que aparecían, eran las larvas de moscas que
habían depositado sus huevos previamente. Para demostrar su teoría, en 1668
diseñó unos sencillos experimentos, que consistieron en colocar pequeños trozos
de carne dentro de recipientes cubiertos con gasa y otros trozos en recipientes
descubiertos, para que sirvieran como “testigo”. Unos días después, la carne
que quedó al descubierto tenía gusanos, mientras que la carne protegida no los
tenía. Además, sobre la gasa que cubría los frascos se encontraron los
huevecillos de las moscas, que no pudieron atravesarla.
ANTON VAN LEEUWENHOEK:(1632-1723), un
comerciante holandés con una gran afición por pulir lentes, estaba construyendo
los mejores microscopios de su época, y realizó las primeras observaciones
reconocidas de microorganismos, a los que él denominaba “animáculos”.
JOHN T. NEEDHAM: En 1745, el clérigo inglés (1713-1781), un investigador vitalista intentó, a pesar de los resultados obtenidos por Redi, demostrar la veracidad de la generación espontánea. Para ello realizó unos experimentos que consistieron en hervir caldos nutritivos durante dos minutos, para destruir los microorganismos que en ellos hubiera (ese tiempo de ebullición no es suficiente para matar a todos los microorganismos). A los pocos días volvían a aparecer pequeños microorganismos que, por tanto, debían haberse creado “espontáneamente”.
LÁZARO SPALLANZANI: (1726-1799), un
naturalista italiano, no aceptó las conclusiones de Needham. En 1765 preparó”caldos”
en distintas vasijas de cristal con boca alargada (similar a un matraz aforado)
y los sometió a ebullición prolongada. Unas vasijas las dejó abiertas, mientras
que otras las tapó herméticamente. Cuando calentaba un caldo en un frasco
abierto, se observaba que al cabo de un tiempo aparecían microorganismos,
mientras que cuando lo hacía en frascos cerrados, éstos no aparecían.
Los resultados de Spallanzani no
convencieron a Needham y sus partidarios, quienes alegaron que el calor
excesivo destruía la vida y que los resultados de Spallanzani, únicamente
demostraban que la vida se encontraba en el aire y que sin él no podía surgir
(en los experimentos de Needham, los matraces estaban abiertos). Spallanzani
repitió el experimento, hirviendo durante dos horas sus
caldos, pero cometió el error de dejarlos semi-tapados como Needham
acostumbraba a hacer, por lo que al observarlos después de unos días encontró
que todos los caldos se habían contaminado con microorganismos que procedían
del aire. Al considerarse que las pruebas no eran concluyentes, el problema
quedo sin decidirse otros 100 años, en los que la controversia continuó, hasta
que en 1859, la “Academia francesa de Ciencias” ofreció un premio a quien
pudiera demostrar, con suficientes pruebas, si existía o no la generación
espontánea.
LOUIS PASTEUR: microbiólogo
francés, del siglo XX, (1822-1895) quien a pesar de su
juventud, en aquella época ya era un reconocido químico-biólogo. Estudioso de
la fermentación Mediante una serie de serie de sencillos pero ingeniosos
experimentos, obtuvo unos resultados irrefutables, que derrumbaron la idea de la generación espontánea que había
durado casi 2.500 años. A partir de entonces se considera indiscutible que todo
ser vivo procede de otro, un principio científico que sentó las bases de la teoría germinal de las enfermedades y
que significó un cambio conceptual sobre los seres vivos y el inicio de la Bacteriología moderna. En relación a las fermentaciones. El descubrimiento
de un fenómeno biológico de gran alcance, al demostrar que la fermentación es
debida a la presencia de microorganismos. Ello, con sus estudios de
desinfección y esterilización, sirvió de base para el desarrollo de las
técnicas de pasteurización. Estos descubrimientos suponen un nuevo camino para
la medicina, y con ellos la bacteriología se DESARROLLA COMO UNA NUEVA RAMA DE
LA CIENCIA MEDICA.
CRONOLOGIA
DE LOS ESTUDIOS Y TRABAJOS DE PASTEUR.
En
1857: Fermentación láctica: descubrimiento de la bacteria que la produce.En 1860: Fermentación butírica: carácter anaerobio de sus agentes.
1861-1876: Fermentación alcohólica, invención de la pasteurización para evitar «las enfermedades del vino «y de la cerveza. Pasteur demuestra que los hongos de los vinos, siempre presentes, son los causantes de la fermentación acética, responsable de malograr la formación y conservación del vino. Señala que si se calienta el vino durante un minuto con la botella cerrada (69-75°C), se evita su descomposición. Crea ENTONCES EL PROCESO DE PASTEURIZACION, que constituye una base fundamental de la preparación de alimentos del tipo conservas y lácteos.
En relación a las enfermedades contagiosas de los animales y el hombre:
1870: Estudia el problema («pelvine») del gusano de la seda: descubre los agentes de la enfermedad y descubre el modo de evitarlas.
1877: Estudia el Carbunco: trabajando en el control de la enfermedad (carbonosa) conocida como enfermedad de los «campos malditos de Beauce», por la gran mortandad que producía en los animales vacunos; investiga y desarrolla una vacuna contra este flagelo, logrando un éxito publicitario sin precedentes para la ciencia, con un «experimento público» en Poeulli la Fort.
1880: Estudia el Cólera de las gallinas: desarrolla la vacuna de ellas.
Otras investigaciones fueron: Sobre la erisipela del cerdo, la peripneumonía de los bóvidos.
Desde 1868 se enfermó de hemiplejía y tuvo la lamentable muerte de tres de sus hijos, a pesar de lo cual siguió investigando tercamente y tenazmente.
A partir de 1881, trabaja en la patología infecciosa del hombre e investiga: la septicemia puerperal, el furúnculo, la osteomielitis y la rabia.
Importantes y notables fueron sus estudios sobre la rabia: tras la provocación artificial de la enfermedad, logró en el laboratorio la vacunación preventiva mediante la inyección de suspensiones «envejecidas» de médula espinal infectada (de animales infectados); poco después el 6 de julio de 1885 era vacunado con éxito, contra la rabia, el primer ser humano, el niño pastor Joseph Meister, de 9 años, mordido por un perro rabioso, y el método ganaba fama universal.
Todos estos aportes e investigaciones de este notable científico, motivaron que el gobierno francés fundara el primer Instituto Pasteur en 1888 (un año antes de morir Pasteur), rindiendo así un merecido homenaje a este valioso científico universal.
Este Instituto se especializa en la investigación y la fabricación de vacunas, asimismo es un importante centro de capacitación para diversos investigadores de todo el mundo. En los últimos años han sido importantes diversas investigaciones, así por ejemplo, en este Instituto se descubrió en 1983, el agente del virus del SIDA (VIH 1) y posteriormente se descubrió un segundo agente (VIH 2).
Por ello, el recordar los 100 años del fallecimiento de Louis Pasteur, nos debe servir para valorar los distintos aportes que su actividad rindió estando vivo y cómo su obra continúa viva y actual en los grandes Institutos que llevan su nombre alrededor del mundo.
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